jueves, 22 de agosto de 2024

Pactum. Que el diablo os perdone. - Ángel Barrios

    Si es usted de esas personas que están atentas al devenir del andargraun literario y cuanto acontece entre los autores autopublicados, no me cabe la menor duda que ya conocerá, aunque sea de oídas, a Ángel Barrios. Es uno de los triunfadores de esta oleada virtualmente infinita de autores entre la cual es fácil perderse y terminar naufragando entre un sinfín de obras. En este caso se trata de una voz reconocible, que siempre está en lo más alto de las listas de ventas, una cara presente en muchas ferias del libro por todo el país, una publicidad siempre ingeniosa en redes sociales y unos libros que, como poco, llaman la atención.

Aunque el autor se ha dado a conocer con su serie de novelas Meseta Negra, obras muy recomendables, en esta ocasión me voy a centrar en su última publicación, Pactum. Que el diablo os perdone. Se trata de la segunda novela de la serie Averno, que por el momento cuenta sólo con dos historias pero no me cabe duda que pronto ampliaré. A Ángel le gusta trabajar en serie. Todo parece indicar, y de hecho así es, que se aleja de los parámetros iniciales de la novela negra en los que se movió con sus anteriores entregas para adentrarse en el terror. Veamos de qué va esto.


Efectivamente, todo parecido con sus obras iniciales parece ser pura coincidencia. Aquí Ángel se mueve en un registro de terror que nada tiene que ver con sus novelas negras de corte humorístico, herederas del esperpento de Valle Inclán y tono un pelín delirante. Cierto que hay matices, pinceladas, en las que quien le sigue encontrará a su autor deseando de soltar una de las suyas aunque el texto sea de una naturaleza radicalmente distinta. La cabra siempre tira al monte.

En esta ocasión la historia va de un profesor universitario que a su vez escribe guiones para películas. No le va mal en la vida pero su nivel moderado de éxito no le da para pagar las cuentas así que, agobiado por las deudas, decide abandonar su carrera y probar fortuna en la empresa familiar donde ganará mejores cuartos que estima que le permitirán una vida más satisfactoria o, al menos, desahogada. Una historia de madurez, a fin de cuentas. Con esta intención decide hacer el Camino de Santiago antes de empezar su nueva vida. Allí pernoctará en un Seminario en el que sucede toda la acción de la novela.

Huelga decir que el Seminario está maldito. Ya desde primera hora, cuando encuentra el misterioso papel en el tablón de anuncios que le lleva hasta allí queda claro que el asunto da mal rollo. Una vez allí todo empezará a ser cada vez más opresivo hasta llegar a un final que... bueno va de cosas demoníacas, ya lo dice el título, no diré más para no estropear la lectura a nadie. Pero a mí me ha gustado como cierra la historia.

Se trata de una novela corta, se lee en un rato. Tiene un deje cinematográfico y, en general, el tono es muy clásico, nadie espere este nuevo terror desconcertante y perturbador que anda por ahí dando vueltas y del que ya me ocuparé en otro momento. No, Ángel es un enamorado y gran conocedor del cine clásico y en estas historias de la serie Averno tira de ello para construir sus novelas. No en vano, tanto este Pactum como la anterior, Manos frías, ya habían visto la luz previamente en forma de guiones cinematográficos. A pesar de estar novelada, esa naturaleza de la historia no desaparece ni se diluye en la forma.

Hay un momento, cuando la historia empieza su recta final, que me desconcierta pues se detiene a contar la historia de algunos personajes, los que podríamos llamar "los malos" de la película. Entiendo que es necesario dar a conocer estas cuestiones pues dotan de trasfondo a la historia pero no termino de ver el modo elegido para hacerlo. Ángel siempre toma alguna decisión de ese tipo en sus libros y tiende a dejarme un tiempo pensando en cómo lo hubiese resuelto yo. No parece, en cualquier caso, que sea algo que afecte a la recepción de sus obras y puede que se trate más de una observación mía que soy muy peculiar para muchas cosas.

En resumen, la nueva faceta que está desarrollando Ángel Barrios como autor de novelas de terror de corte clásico es muy interesante y proporciona lecturas breves pero intensas con las que amenizar un par de tardes. Quizá me parezca más potente su propuesta cuando se trata de la serie Meseta Negra, pero estos libros se dejan leer con gusto y no desmerecen en cualquier biblioteca que se precie de contener lo mejor del andargraun español contemporáneo.

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