Deletereus Musicae Liber - Prólogo y declaración de intenciones

 En lo que viene a ser lo sucesivo desde este momento mi intención es desarrollar un proyecto que responde al nombre que encabeza esta entrada: Deletereus Musicae Liber. Como entiendo que muchos puedan tener el latín un poco oxidado lo traduzco para que nadie tenga que irse por las ramas intentando determinar qué significa. El libro de la música nociva. Es un buen título, o al menos a mí me lo parece. ¿Por qué ese título y por qué en latín? Esas son dos cuestiones diferentes pero en este caso se dan la mano.

El título nace en un proceso de búsqueda de ideas para una idea que tuvimos en mi banda de grindcore de hacer algo que, sin ser en esencia diferente a nuestra música habitual, nos sacase de eso que llaman la zona de confort. Nos decantamos por el noise, aunque es cierto que pensamos en cuestiones diferentes cuando pensamos en noise pero eso será otra cuestión que abordar en otro momento. Dentro de esa efervescencia creativa que te rapta cuando tienes algo apasionante entre manos pronto empecé a fantasear con un espectáculo donde hubiese diversos números y estos respondiesen a esas ideas que la Filosofía ha ido aportando a lo largo de la historia y que bien debieran ser revisitadas de vez en cuando. Usted sabe, yo lo sé, que muchas de estas sentencias vienen expresadas en latín, de ahí la elección del idioma para el título. Lo demás salió solo y me gustó como quedaba. 

Mi propuesta fue rechazada y me quedé, como se suele decir, con toda la cara del pie de otro. Esto, no obstante, no fue óbice para abandonar la idea de trabajar con el ruido y hacer otro tipo de música mientras el disco de grindcore puro y duro estaba terminado. Así creamos un primer tema y las ideas continuaron volando. Una de ellas fue la de acompañar el disco de grindcore, que presumiblemente cabrá sin problema en la cara A de un vinilo, de una cara B que fuese su reverso basada en el noise e intentar darle una unidad temática por medio un texto. Para esta cuestión en principio confían en mí, al menos hasta que lean el texto que estoy pergeñando, así que empecé a darle vueltas al concepto.

El concepto de la dualidad no es nuevo y, precisamente por ello, es difícilmente abarcable. Es por ello, un tema jugoso del que se desprenden muchas posibilidades y ahí fue, pensando párrafos, cazando ideas, relacionando conceptos, donde vi que podía dar para algo más que para la mera justificación a posteriori de una cuestión que no deja de ser una decisión meramente estética. Quizá aquello que me piden pueda ser parte de algo mayor, un fragmento de ese Deletereus Musicae Liber que cada vez tengo más ganas de escribir aunque me cuesta horrores saber qué voy reflejar en sus páginas.

Desde hace unos meses vengo escribiendo reseñas de discos para Rock, the best music, es algo que no contaba con que sucediese pero me invitaron a participar y no pude decir que no. Está bien porque además hace que me obligue a trabajar en ello para tener un mínimo de continuidad en el asunto, pero sí ya escribía poco por aquí, ahora que doy salida a las reseñas musicales por otra vía, y me parecería horrible duplicar aquí lo que expongo alli, me quedo con menos cuestiones para tratar en este espacio. Ahora no, ahora entiendo que ir escribiendo mi ensayo en este blog puede ser una buena idea para manterlo vivo, por un lado, y para interactuar con posibles personas que lean y tengan algo que decir respecto a mis reflexiones de modo que puedan enriquecerlas de cara a una versión definitiva, por otro.

Soy consciente que el momento de los blogs quedó atrás hace años y que pocos serán quienes sigan esta iniciativa y muchos menos los que se dignen a comentar, sin entrar en que las posibilidades de que entren los trolls es elevada. Con todo ello iré lidiando conforme sea pertinente. Por ahora me gusta la idea de escribir un ensayo que aglutine ideas, lecturas, experiencias, reflexiones y que me permita de alguna manera ordenar el batiburrillo mental que tengo ahora mismo a este respecto.

No puedo ni siquiera aventurar de qué iré escribiendo ni con qué periodicidad, avisaré por mis redes sociales cuando actualice el tema. También por ahí podremos debatir cualquier aspecto que se entienda pertinente por parte de quien guste, faltaría más. Pero supongo que habrá que hablar de ese dualismo que señalaba antes aunque solo sea para extraer el fragmento que me han pedido para el disco de mi grupo y, ya de paso, ver dónde nos llevan las posibilidades de reflexión. 

Ahora que por fin he dado el paso de empezar este proyecto me come la inseguridad. No sé qué decir, ni si lo que tengo decir realmente pueda ser interesante para nadie, o si mis fundamentaciones puedan resultar sólidas, o mil dudas más. Supongo que es normal y humano. Hace una hora o así, cuando estaba en el sofá pensando en estas cuestiones y decidiendo que era el momento de empezar, lo veía mucho más claro. Ya no hay marcha atrás, es hora de empezar el camino. Adentrémonos en la música nociva. ¿Existe en realidad una música que pueda ser perjudicial en algún aspecto para alguien? No estoy seguro, pudiera ser, sin duda. Sí sé, y usted si tiene una edad también lo recordará, que hubo un tiempo que ciertos colectivos con influencia lo pensaban e incluso se permitían etiquetar los discos que consideraban potencialmente dañinos. Les dejo aquella etiqueta, que a muchos nos llevó a comprar un montón de discos solo por el mero hecho de llevarla, a modo de conclusión de estas primeras palabras. Espero las suyas ahora y en el futuro. Gracias por su atención.