Me he leído este libro. Alguno me saltará, porque siempre hay alguien que salta por cualquier cosa, con que es una lectura muy mainstream y que debiera leer cosas más underground. Pues mira, leo y escucho lo que me apetece sin mirarme en esas cuestiones, ya habrá tiempo para autores under, de hecho ando con dos novelas de compañeros de Kmleon Books que serán debidamente reseñados cuando los termine y madure el contenido, pero ahora toca "Patria." Ya era hora que le tocase. Llevo no menos de tres o cuatro años viendo el libro por todas partes. Intrigado pregunté al que se cree que todo lo sabe y me salieron las típicas explicaciones y reseñas elogiosas. Miel en los labios. Luego lo leyó mi padre y me lo recomendó. Huelga decir que desde que aprendí a leer mi padre ha sido uno de mis más fieles compañeros de libros, sabe lo que me gusta y lo que no mejor que casi nadie en este mundo desde que era un crío y me compraba uno o dos libros a la semana para alimentar mi incipiente adicción a la letra impresa. ¿Cómo no hacerle caso a tu padre? Pero ahí estaba la pila de libros, esa enorme torre de volúmenes que esperan su turno... Han sido otras circunstancias extraordinarias las que también han jugado en contra de que llegase el momento de meterle mano, pero ya está hecho, no tiene sentido mirar atrás.
Espoleado por la existencia de una serie que no quería ver antes de leer el libro (y que tendrá que esperar un poco más por otros motivos que no voy a entrar a desarrollar aquí y ahora) llegó el momento de abrir las páginas de "Patria" y sumergirme en una historia que ya creía conocer por las referencias que me habían hecho. Una historia de un drama humano profundo y doloroso. El drama del pueblo vasco dividido por odios, algunos bastante irracionales a tenor de cómo lo pinta la novela, por motivo del terrorismo. Víctimas, verdugos, colaboradores, cómplices, aprovechados, acobardados, indignados... todos tienen cabida en las casi setecientas páginas que componen la obra. Un retrato coral que a pequeños trazos, ciento veinticinco capítulos, va mostrando la cara y la cruz de un horror que, aunque algunos no lo comprendan, o no lo quieran comprender, o no les interese comprenderlo, azotó a ambos bandos en algún modo que deformó sus vidas y las pervirtió desviándolas de lo que tendrían que haber sido. Personajes cargados de dolor y sufrimiento independientemente del lado de la balanza en que se encuentren. Personajes que evolucionan en su historia personal y en cuya evolución el autor hace un análisis de la condición humana enfrentada a unas circunstancias adversas.
La historia parte del momento en que Bittori, viuda de un asesinado por ETA, se entera de la noticia del abandono de la lucha armada por parte de la banda. Usando multitud de flashbacks el autor nos contará la historia de esta mujer y su amiga Miren, desde que de jóvenes estuvieron a punto de ingresar en un convento juntas para luego no seguir la vocación por seguir el camino del matrimonio, continuando por la amistad entre ambas parejas y sus hijos. La historia continúa con el ingreso de Joxe Mari, hijo mayor de Miren, en ETA tras un tiempo de lucha callejera que tenía más de rabia adolescente desenfocada que de auténtico compromiso con unas ideas que casi desconoce. Al tiempo el Txato, el marido de Bittori, empieza a ser extorsionado por la banda, su negación a ceder al chantaje terminará con su asesinato. No quiero ahondar más en el argumento. Da para mucho más. Las historias se cruzan. El Txato y Joxian, el marido de Miren, amigos de toda la vida, perdiendo el contacto por un pueblo no tan abertxale como pudiera parecer, muchos se dejan atenazar por el miedo. Las historias de las hijas de ambos matrimonios, Nerea y Arantxa, cada una con su carga de dolor. El cura cómplice y espoleador del apoyo a ETA en su pueblo. Los otros hermanos, las parejas, los amigos, las reacciones y cambios de cada uno. Una novela compleja y completa con un abanico de personajes tan humanos que se salen de las páginas, que por momentos parecen ser tus amigos de toda la vida, esos que tan bien conoces.
Y por encima de todo el cambio, el tema del libro podría ser ese, como las circunstancias nos llevan a cambiar posiciones vitales que hubieran parecido inamovibles. Miren llorando la muerte de Franco termina siendo la mas fervorosa abertzale y proetarra por amor a su hijo encarcelado por sus múltiples atentados. Un cambio que avanza inexorable hacia delante y hacia atrás a lo largo de la novela que se expande cubriendo de sufrimiento a todo el que toca. Un dolor profundo que no te abandona y que, al final, sólo puede ser dominado mediante el perdón, sólo el perdón sincero libera del odio, sólo así se puede romper el vínculo que te ata con el dolor, porque el odio, es importante no olvidarlo, también es un vínculo, un vínculo casi más poderoso que el amor.
Usando un lenguaje sencillo y coloquial, pero a su vez correcto y preciso, el autor despliega un estilo muy peculiar en el que en una misma frase incluye un diálogo directo con una descripción. Deja frases sin terminar como en una conversación real sucede tan a menudo, como pasaría en la mente del protagonista que en ese momento esté retratando. Mezcla palabras en euskera que le dan el ambiente pues traducidas perderían su esencia (no preocuparse que al final hay un glosario y además habría que ser muy torpe para no entender por el contexto, "La naranja mecánica" era más dura en ese aspecto y lo flipásteis así que no quejaros tanto) y error gramaticales que parece que son normales de la zona. Súmale a eso la peculiar estructura narrativa, casi en espiral, que te mantiene enganchado sin saber bien qué va a venir a continuación pero dispuesto a averiguar más. Con estas herramientas y un manejo perfecto de las situaciones te sumerge en la historia casi desde la primera página atrapándote sin remedio para que llega el final.
Cierto que el último cuarto del libro se me hizo un poco cuesta arriba, tanto drama empezó a saturarme y el "final feliz" no sé si es lo que hubiera elegido de haber escrito yo la novela. También es cierto que la carga ideológica y política del asunto queda muy diluida. No hay grandes explicaciones que permitan saber y entender mejor todo el conflicto. En ese sentido obras como "El hijo del acordeonista" de Bernardo Atxaga me han resultado más reveladoras. En "Patria" parece como que hay unos cuantos que saben de qué va el tema y todos los demás son pobres borregos manipulados que siguen el ritmo que les marcan llegando al punto de matar y/o destruir sus vidas por el camino. En este sentido me da la sensación que la novela tiene más interés en mostrar las consecuencias que las causas. Este me resulta el punto más débil porque cuando te asomas a una obra de esta naturaleza quieres conocer, aprender y comprender mejor todo lo que sucedió en torno a ETA. Pero me sigue faltando información, sigo sin comprender del todo. Lo mismo es que me va a resultar incomprensible toda la vida, más conforme más años me caen encima, el uso de la violencia para defender ideas y políticas. No lo sé, por si acaso seguiré buscando explicaciones a esta conducta humana tan intrigante.
En resumen, "Patria" me parece una novela excelente, un drama muy duro sobre una etapa muy oscura de nuestra historia, que, en virtud de su estructura poliédrica, nos permite hacer una inmersión bastante completa en la condición humana. Sus pequeños peros son casi insignificantes al lado de todo lo bueno que tiene para ofrecer. Ha sido mi primera lectura de Fernando Aramburu, pero no será la última. Y a ti, ¿qué te ha parecido?