sábado, 9 de enero de 2021

Adiós Boni

 Pues parece que el 2021 que tantos esperaban con la alegría del renacer, no me pregunten porqué, no va a darnos muchas más satisfacciones, al menos en sus primeros días, que su predecesor. Ayer saltaba la noticia de la muerte a sus 58 años de Boni, el guitarrista y cantante de toda la vida de Barricada. Una putada, si se me permite la expresión. De repente, miras atrás y te das cuenta que es como un viejo amigo, aunque nunca llegué a conocerle en persona, al que haces mucho tiempo que no ves y que ahora nunca más podrás ver. O sí, porque siempre nos quedará su música, pero el mazazo es igual. Algo se muere en el alma cuando un amigo se va, y son tantas y tan significativas las horas de mi vida que he pasado escuchando a Barricada, tantos conciertos que fui en su momento, que, repito sin haberles conocido en persona, es casi como si fuesen mis amigos desde chiquetitos.

Y es que, ahora con estas cosas te da por ponerte a rememorar, yo era un criajo, once años a lo sumo, la primera vez que supe que existía Barricada porque TVE, que por aquel entonces era otro rollo totalmente distinto y ponía cosas de lo más interesante, emitió una "actuación" de ellos, un playback chunguele, aunque ya quisiéramos ver por lo menos eso en estos días, "tocando" Todos mirando. En mi imaginación infantil que se acercaba galopando en hormonas a medio eclosionar a la pubertad, ese tema se convirtió en un himno de la vida cotidiana. Lo cantaba, como podía pues con una escucha un día en la tele no te quedas con toda la canción ni aunque tengas una memoria musical de elefante concertista de piano (la mía no es nada mala, por cierto, pero no hace milagros como los del señor del memorión que habla Luria). Una esquina que no conozco por la zona nananá, nananana, nananana, tretaicinco es su edad, yo me temo que estoy borrracho, ella sabe a lo que va, nananana nananana nananana nananá.... todos mirando... Algo así.



Poco después llegó el directo, impresionante, al menos para mí que era un chaval. Que me llegó a la vez que cosas como el ...and justice for all de Metallica o el Blood Fire Death de Bathory, y tú dirás, con razón, my weapon hay un océano. Bueno con Metallica lo había, con Bathory sólo media Europa, para mi eran casi todo lo mismo y molaba que te cagas. Casi que Barricada molaba más porque les entendía lo que cantaban sin tener que hacer un esfuerzo adicional por aquello del idioma. El tema es que ahí estaba yo flipando en colores con aquello.



Después de aquello llegó el comprar sus vinilos, asistir a conciertos en lugar de escucharlos en casa y todo lo que conlleva ser flan de un grupo. Hace poco, con motivo del retorno de La Polla Records escuché, vi o leí, lo siento no recuerdo ergo tampoco puedo enlazar, una entrevista a Evaristo que, preguntado por Barricada, afirmaba que los Barricada sí les gustaban porque aunque eran heavies hablaban de cosas. Creo que eso era una de los cosas que siempre me gustaron, sus letras eran muy punk, reivindicativas en más de una ocasión. De alguna forma sirvieron para forjar ese híbrido extraño que he sido siempre, un punk encerrado en el cuerpo de un heavy, si es que tuviese que hacer una descripción de trazo grueso sobre mí centrada en la música.



Llegaron más discos e incluso, allá en el lejano 1999, me montaba en el escenario del mítico Fun Club para tocar con mi grupo de entonces. ¿Versiones? Pues lo normal. Child in time de Deep Purple, A la sombra de una mentira del querido Rosendo (lo reconozco entonces estaba de moda por el disco en directo en la Prisión de Carabanchel) y Picadura de escorpión del primer disco de Barricada. Pero, ¿no me preguntes la causa?, poco a poco fui perdiéndoles la pista. Me interesaron otros sonidos, la música es muy grande para estar siempre escuchando lo mismo, ¿quién sabe? No son ni los primeros ni los únicos. Pocos son los grupos que he seguido a pies juntillas, si he de ser sincero.



Sacaron hace unos años, ¿una década?, un DVD en directo con Rosendo y Aurora Beltrán, si la memoria no me falla, que alguien me regaló por un cumpleaños o semejante porque me puse pelusón con el tema. Cuando llegué a casa el reproductor que tenía entonces se negó a reproducir los discos, era un cacharro de muy baja calidad, y dije ya lo veré en el ordenador. Me avergüenza un poco reconocer que ese momento no llegó nunca. Era como si Barricada, esos sonidos y toda esa etapa de mi vida hubiesen quedado atrás indefectiblemente. El puntillazo llegó hará cinco años. En unos grandes almacenes encontré aquel viejo directo de finales de los 80 en CD por 3€. La nostalgia me golpeó duro y lo compré sin ni siquiera dedicar un segundo a la reflexión. Cuando lo puse me sonó todo tan lejano que no conseguí conectar con lo que escuchaba y pensé, craso error, que mi historia con Barricada había terminado para siempre.



Ayer murió Boni. En los últimos días, fíjate que casualidad, andaba tarareando mientras curraba. Esta noche no es para andar por esas calles. No, mi cerebro no hace milagros ni tengo inexistentes poderes psiónicos para predecir el futuro. La explicación es más sencilla. Ando leyendo Patria de Fernando Aramburu y en el libro, entre otras muchas cosas, se menciona de pasada el rock radical vasco. ¡Qué sí! ¡Que son de Pamplona! Pero esa referencia trajo a mi mente las viejas canciones de Barricada. Mientras yo quitaba grasa de los engranajes canturreando viejas canciones de Barricada, Boni nos abandonaba a una edad a la que, en teoría, todavía te deben quedar muchas cosas por decir. Y es una mierda.

A modo de pequeño homenaje cogí ese CD de 3€ y me lo metí en el coche para el camino al trabajo. Esta vez el reencuentro con esas canciones fue otro, sabiendo que faltaba el Boni, que ese "amigo al que hace tiempo que no ves" no iba a volver, escuchó el corazón más que las orejas o el cerebro y me comí los kilómetros con el alma en la garganta cantando como si volviese a ser un adolescente esas canciones que forjaron una parte de mi vida. ¿Mi reconciliación ha sido total? No puedo saberlo. Sólo sé seguro que la muerte de Boni me ha traído de vuelta una época de mi vida que se fue y no va a volver porque el tiempo va siempre adelante, y que al hacerlo me he dado cuenta de que, aunque hiciese mucho que habíamos perdido el contacto, como los buenos amigos, como los de verdad, la música de Barricada formará parte para siempre de mi vida y de quién soy. Gracias Boni, por la música y por todo. Ya has llegado al lugar donde todos nos dirigimos, ve pidiendo una ronda de cervezas para cuando lleguemos el resto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Budapest - Nieves Mories

Hace ya tiempo que el nombre de Nieves Mories resuena en mi entorno lector cuando se habla de autores patrios de terror, en este caso autora...